La primera interrogante que nos hicimos al iniciar este proyecto; ¿Cómo iniciamos esta nueva tarea? Sin duda que no fue fácil, pero vale decir que fue muy interesante.
En primer lugar hemos querido trabajar como una familia agustiniana donde todos nos sintamos participes de una labor tan importante y a la vez necesaria para la formación de nuestros jóvenes.
Vale decir, que el desarrollo de las actividades que abajo se explicitarán, no es mera invención humana, ante todo creemos y así ha sido, es un proyecto de Dios, ya que sin él no somos nada.
¿Un sueño hecho realidad?
Quisiéramos decir que la tarea de educar no empieza con enseñar conocimientos, ni transmitir valores, sino con hacerlos vida en la propia experiencia del día a día.
Esta afirmación me lleva a transcribir un texto de un autor llamado Celestin Freinet:
“No puedes preparar tus alumnos para que construyan mañana el mundo de los sueños si tú ya no crees en esos sueños; no puedes prepararlos para la vida, si no crees en ella; no puedes mostrar el camino, si te has sentado, cansado y desalentados, en la encrucijada de los caminos”
Bajo este esquema es que hemos querido llevar adelante los distintos proyectos.